PRESENTACIÓN
FORUNIVER,
Foro Universitario de Verano, es una Escuela de valores humanos que pretende suscitar el encuentro
con los valores de sentido –los que pueden llenar el corazón humano-. Se ofrece de nuevo como un ámbito de encuentro y
de amistad en el que se dan cita profesores, alumnos y profesionales de
diferentes campos para reflexionar juntos sobre un tema esencial:
SHAKESPEARE Y CERVANTES ANTE EL DRAMA HUMANO
Shakespeare escudriñó con crudeza los escondrijos del
alma, lo sublime y lo oscuro, La inocencia y las tentaciones, la codicia, las
contradicciones, la complejidad y el laberinto de las pasiones humanas. Su
fascinación por el amor, la venganza, la envidia, la codicia, la intriga y la traición
han hecho ver el corazón humano bajo el imperio del pecado, pero también
manifiestan su ansia incurable de felicidad, que en esta vida no se alcanza más
que de manera fugaz.
La frase de Hamlet "ser o no ser: esa es la cuestión" es conocida en todos los
rincones del mundo como el dilema ante la injusticia que domina la existencia
del ser humano. En un momento de desesperación e incertidumbre el príncipe
danés exclama con dolor: "Morir…, dormir… ¿quién aguantaría los ultrajes y
desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas
del amor desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y
las vejaciones que el paciente mérito recibe del hombre indigno, cuando uno
mismo podría procurar su reposo con un simple puñal?". Ante el triunfo de
la sinrazón la tentación es el suicidio… o la locura.
Lo curioso fue que los sufrimientos descritos por
Hamlet no los padeció el Bardo de Avon, quien tuvo una vida relativamente
cómoda, sino Miguel de Cervantes, que peleó en la guerra como soldado, luchó en
Lepanto donde quedó inútil de su mano izquierda y permaneció cinco años cautivo
en Argel, prisionero de los piratas argelinos. De vuelta en España y a falta del
esperado reconocimiento, ejerció entre penurias como recaudador. Pero al
quebrar el banco donde depositaba las cobranzas, fue metido preso en la cárcel
de Sevilla donde hubo de sobrevivir junto con la suciedad, el infortunio y el
tedio. Mas no con la amargura.
En la cárcel sevillana luce una placa que reza:
"En el recinto de esta casa, antes cárcel real, estuvo preso Miguel de
Cervantes Saavedra, y aquí se engendró para el asombro y la delicia del mundo El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha.” La luz se abrió paso entre las tinieblas y los sinsabores.
El preso llevaba semanas con una idea en la cabeza,
con una historia. Con un mundo de historias, más bien. Tenía que llevarlo al
papel o se volvería loco. Loco…
¿Es posible combatir frente a un mundo cruel en el que
triunfa la codicia, donde los pícaros de la más alta y la más baja estofa se
ríen de la virtud, la dignidad humana y la justicia?, ¿con qué armas y
convicciones?, ¿es aún posible la verdad y un amor honesto?... ‘En un lugar de la Mancha…' empezó con decisión, y con decisión
siguió un par de horas hasta que se le acabó la tinta y el sol dejó de iluminar.
Las ideas iban cobrando forma, brotaban las historias y ocurrencias, las
aventuras, las reflexiones… Un sorprendente e ingenioso sentido del humor y una
honda mirada cristiana, dieron calado y figura al prodigio, frontera entre dos
épocas.
No es mucho lo que la historia nos dice de William
Shakespeare y de Miguel de Cervantes, pero de ambos brota una mirada
interrogante y luminosa acerca de lo humano permanente, sus luces y sus
sombras, sus miserias y sus grandezas. Con diferente acento, la paradoja y el
drama de la humana condición se ponen de manifiesto ante nuestros ojos, cuatro
siglos después pero sin haber envejecido. Somos nosotros mismos: vértigo y
éxtasis, ridículo y heroísmo, ideal y torpeza, desengaño y esperanza, sed de
sentido.