domingo, 1 de diciembre de 2013

LAS DIMENSIONES ESENCIALES DE LA PERSONA HUMANA, CUERPO Y ESPÍRITU



       En la persona humana podemos reconocer dos dimensiones principales: corporalidad y racionalidad.


Corporalidad
      
       Nuestro cuerpo es un organismo biológico, dotado de unos órganos (anatomía) y de un funcionamiento (fisiología) orientado a la supervivencia.

       Pero además nuestro cuerpo es expresión de algo más, de una realidad íntima o interior: esa realidad íntima es lo que se conoce, entre otros nombres, con el de racionalidad. El ser humano posee una vida biológica pero también una vida biográfica, una historia personal irrepetible, en virtud de nuestra racionalidad.



  Racionalidad 
    
    Esta dimensión, más íntima y personal que la mera corporalidad, consta a   su vez de otras dimensiones:

a) La inteligencia es la capacidad o facultad de conocer el ser profundo de las cosas. Supone comprender lo que las cosas son.

b) La voluntad es la capacidad de disponer de sí mismo con vistas a lo que se sabe que es bueno. Supone una autonomía en el obrar, la posibilidad de disponer de sí mismo: libertad o autodominio (ser dueño de los propios actos, decisiones e iniciativas) y responsabilidad (asunción de las implicaciones y consecuencias de los actos realizados por propia iniciativa).

c) La apertura a la belleza es la capacidad estética del espíritu humano: percibe la belleza en el mundo y es capaz de contribuir a ella. Dimensión que trasciende el puro dato sensible y que revela la creatividad del espíritu humano.

d) La sociabilidad es la inclinación natural a dar y recibir compartiendo de algún modo la propia vida con otras personas. La sociabilidad se funda en una doble tendencia o necesidad humana: la necesidad de recibir o dependencia, y la necesidad e inclinación a dar o efusividad.

e) El dominio es la relación propia del ser humano con las cosas que forman entorno natural en que discurre su vida. Implica para el ser humano una responsabilidad o tarea, un trabajo cargado de exigencias para el hombre mismo: encontrarse al cuidado de la tierra y de los seres naturales para convertir el mundo en un lugar habitable.

f) Trascendencia indica aquí la conciencia de la ordenación de la propia existencia a un fin último de plenitud. Es la apertura y necesidad de un sentido para la propia vida, el ansia de felicidad. Sin un sentido, sin trascendencia, la vida humana se viviría en rigor para nada, por lo que todo en la existencia se convertiría en irrelevante y la existencia humana misma en un absurdo, lo cual haría insoportable el vivir.


Una definición de persona (humana):
Una persona es un ser dotado de naturaleza racional, único e irrepetible, y llamado a configurar su propia vida de acuerdo con el desarrollo responsable de su libertad.


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