lunes, 27 de junio de 2011

No era esto, no era esto


El paso del tiempo nos va haciendo ver que junto con ideas y aspiraciones más que justificadas se van introduciendo en el llamado "movimiento del 15-M" otras que son simple y llanamente medidas de presión antisistema y consignas derivadas de ideologías radicales (laicismo, ecologismo y feminismo extremos, por ejemplo), todo ello bajo la aureola de la libertad de las gentes.

El tiempo, sí, irá haciendo distinguir el grano de la paja. Pero mientras, y muchas veces bajo la lente de los medios que lo cuentan e interpretan, es posible que la confusión y la ambigüedad den pie a más de una tropelía, como, por ejemplo, el trato vejatorio a parlamentarios o a determinadas autoridades que se han producido en algunas capiales, los gritos contra el crucifijo...

La sociedad civil es otra cosa. Lo mismo que un derecho legítimo no es un simple deseo fuertemente sentido, sino la capacidad de hacer o reclamar algo justo, la sociedad real no es una turbamulta de espontáneos, que coinciden en su descontento y que de repente se sienten con poder para poner en jaque a la sociedad entera. En parte (que esa es otra) porque al otro lado nadie se atreve a decir que "el rey va desnudo" (entiéndase como metáfora), porque los gobernantes no reconducen la situación, temen parecer autoritarios y perder popularidad.

La 'indignación', en realidad, según el diccionario, no es más que enojo, ira, un enfado vehemente contra una persona o contra sus actos. Lo que el vulgo llama "cabreo", vamos. Se puede y se debe esar indignado con muchas cosas que no están bien (certamente las hay), pero la mera indignación no basta, y menos cuando no se distingue lo justo de lo injusto y todo, bueno y malo, entra en el mismo saco.

'Dignarse', por ejemplo, es otra cosa. Consiste en tener a bien hacer algo, como quien condesciende, haciendo uso de una cierta forma de abajamiento amable. De nuevo el diccionario.

Podríamos hacer también, junto al movimiento a favor de la indignación, una campaña de la "dignación"... ¿Y si nos dignáramos reformar cada uno su propia vida, dejar a un lado el egoísmo y vivir lo más dignamente que podamos, para hacer la vida más grata a nuestros próximos? ¿Y si nos dignamos pedir con fuerza que en nuestra sociedad se deje de matar a seres humanos indefensos en el vientre de sus madres, y a éstas les brindamos todo el apoyo para que puedan sacar adelante, con dignidad, a sus criaturas? ¿Y si nos dignamos apoyar a los políticos dignos (que los hay, y debemos fomentar que surjan más) para que su voz llegue con fuerza a los centros de decisión...? ¿Y si nos dignamos profundizar en lo que significa la verdadera dignidad y el valor absoluto de la persona, porque es hijo de Dios y portador de un valor inviolable, y vivimos en consecuencia?

Al final, "sólo indignarse" da lugar a una úlcera o al consabido: "de qué estáis hablando, que me opongo". Una indignación carente de discernimiento puede llevar al radicalismo y éste al desencanto, como le pasó a Ortega y Gasset cuando al contemplar los desmanes cometidos durante la II República española que él ayudó a levantar, exclamaba: "No era esto, no era esto..."




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mañana leía este artículo de EL MUNDO:
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/24/comunicacion/1308909390.html
Hay cosas que me dejan muy triste..
Ni siquiera es Indignación... es horror y decepción :-(
Un abrazo Andrés!
Elena León

Andrés Jiménez Abad dijo...

Hola, Elena. Me alegra mucho tener noticas tuyas, un abrazo. Pues vaya con el anunciete y con lo que se intuye detrás..., yo también comparto tu indignación. Esto es la caraba...
En fin, hagamos lo que podamos por mostrar a todos la cara más hermosa del amor.
Hasta pronto. Andrés

jabenito dijo...

¡No soy digno de entrar en este blog pero una palabra repleta de verdad, bondad, amor, bastará para DIGNARME! Muchas gracias, Andrés, y felicitaciones por tu blog. Estaba "navegando" y te encontré ¡laus Deo!

Andrés Jiménez Abad dijo...

Querido José Antonio: Nadie más digno que tú. Me alegra mucho que hayas entrado a comentar. Sabes que te tengo muy presente, a pesar de las distancias geográficas. Un abrazo muy fuerte y que Dios te siga dando fuerzas para hacer tanto bien.